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ESPECIAL. Desde
hace dos años ningún estudiante se inscribe en Entomología en Salud Pública en
la Universidad Central de Venezuela. La maestría se centra en la investigación
de los insectos transmisores de enfermedades a humanos, como el aedes aegypti
que el año pasado mantuvo en situación de epidemia al país por la cantidad de
enfermos de dengue y chikungunya. Tampoco ha habido interesados en
especializarse en Ingeniería Agrícola.
De
acuerdo a Andrea Montilla, de El Nacional, la razón principal es la falta de
becas para realizar los estudios e investigaciones y la falta de profesores. De
los 359 estudiantes de postgrados de la Facultad de Agronomía de la UCV, solo
5% posee financiamiento para cursar sus estudios. Esto ha hecho que la
matrícula haya disminuido de forma drástica en los últimos años. En 2014 la
facultad alcanzó su nivel más bajo de estudiantes egresados, en un estudio
comparativo realizado desde 1996. Mientras en 1999 se graduaron casi 60
alumnos, en 2014 fueron apenas 25. La cantidad de estudiantes regulares también
se redujo de casi 650 en 2005, a poco más de 350 en 2014.
La
imposibilidad de que los estudiantes se dediquen a tiempo completo a los
postgrados aumentó el tiempo de culminación de estudios, que cuentan con un
presupuesto limitado de 200 mil bolívares al año para funcionar, señaló la
directora de la comisión de estudios de posgrados en Agronomía, Nereida
Delgado.
La
matrícula estudiantil de los postgrados en Ingeniería de la UCV también ha
venido decayendo. En los últimos dos años ha bajado de 2 mil alumnos a 1.400
aproximadamente, refirió el director de la comisión de estudios en esta área,
Manuel Martínez. Tampoco cuentan con profesores en materias que son
obligatorias, dado que el salario es poco atractivo: por semestre, el docente
gana cerca de 8 mil bolívares.
La
pérdida de la calidad de las prácticas en Ingeniería también pudiera estar
desmotivando al estudiante. La falta de reactivos ha obligado a simular algunos
experimentos y a reducir el número de alumnos por laboratorio, dijo Martínez.
Las
pocas posibilidades de conseguir una beca para subvencionar la investigación
también han causado una reducción significativa del número de estudiantes
regulares y de egresados en los postgrados de Arquitectura y Urbanismo. En 2012
tenían 211 alumnos activos, mientras que en 2014 fueron 165, precisó el
director de esta área, Idalberto Águila.
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