El olor mata al estrés, aparentemente. Así lo asegura una investigación. Pero no se trata de cualquier aroma -afortunadamente-, sino el de nuestra pareja o de una persona conocida. Por el contrario, el olor de desconocidos aumenta los niveles de cortisol, denominada como la hormona del estrés.
Nuestros hallazgos sugieren que el aroma de un compañero, incluso sin su presencia física, puede ser una herramienta poderosa para ayudar a reducir el estrés
Marlise Hofer, Universidad de Columbia
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