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| Los asesinos del periodista se hicieron pasar por anunciantes |
ESPECIAL/informedigital24. Gledyson
Carvalho conducía su programa de radio en una emisora local de Camocim (Estado
de Ceará, nordeste de Brasil) cuando dos personas entraron en el estudio y lo
mataron a tiros. Los asesinos, que se habían hecho pasar por anunciantes para
entrar en el edificio le dispararon tres veces y huyeron, según fuentes
policiales. Carvalho fue trasladado aún con vida al hospital pero murió durante
el trayecto. De acuerdo con los medios brasileños, la radio emitía programación
musical cuando los desconocidos atacaron al locutor.
Carvalho,
conocido en la zona como Amigão (amigo), hacía denuncias frecuentes de casos de
corrupción. "Decía en directo que era amenazado y que no tenía ningún
miedo", ha contado al portal G1 un técnico de sonido que trabajaba en la
emisora en ese momento. "Yo siempre le pedía que no actuase así". El
Gobierno de Camocim ha lamentado la pérdida de “una de las voces más
importantes de la región de una forma trágica y banal”.
El
asesinato, ocurrido este jueves, ha conmocionado una vez más a Brasil,
considerado el tercer país más peligroso de América Latina para ejercer el
periodismo, solo por detrás de México y Colombia, según el último informe de la
organización internacional Reporteros Sin Fronteras (RSF).
En
mayo, la violencia contra los periodistas se cobró su última víctima: Djalma
Santos da Conceição, que también trabajaba en una emisora de radio, la
comunitaria RCA FM, en Conceição da Feira (Bahía, nordeste del país). El
reportero de 54 años investigaba el asesinato de una joven y había recibido
amenazas. Tantas, que usaba chaleco antibalas en su día a día, según la revista
brasileña Época. Su cadáver presentaba señales de tortura.
El
mismo mes, en Minas Gerais (sudeste de Brasil) fue asesinado el bloguero
brasileño Evany José Metzker, de 67 años. En su blog, llamado Coruja do Vale
(Lechuza del Valle) publicaba desde crónicas culturales a sucesos y denuncias
de corrupción local. La policía halló su cuerpo, decapitado, en las
inmediaciones de Padre Paraíso, una localidad de 19.000 habitantes. Llevaba
ocho días desaparecido y el sindicato de periodistas del Estado apuntó a un
posible vínculo de su asesinato con una investigación sobre redes de
prostitución de menores.
En
marzo, dos hombres tirotearon al periodista radiofónico Gerardo Ceferino
Servian Coronel en Ponta Porã, una pequeña ciudad en la frontera de Brasil con
Paraguay. Servian había trabajado en varias emisoras locales y presentaba un
programa de noticias en una radio comunitaria desde principios de año.
Entre
enero de 2000 y diciembre de 2014, 38 periodistas murieron en Brasil en sucesos
relacionados con el ejercicio de su profesión, según el informe de RSF. Muchos
investigaban crimen organizado, violaciones de derechos humanos y casos de
corrupción.


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