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No se sabe nada de las dos mujeres |
ESPECIAL/informedigital24. Setenta
y dos horas. Ese es el plazo en el que una desaparición se considera de riesgo
cuando se trata de personas adultas y cuando además se suman otros factores
inquietantes. Ese tiempo se cumplió ayer a las cinco de la tarde. El jueves a
esa hora fue la última vez que se vio a Marina Okarynska y a su amiga Laura del
Hoyo, de 26 y 24 años, en Cuenca. Durante la madrugada los familiares de ambas
jóvenes, muy alarmados, presentaron denuncia en la comisaría y poco después se
activó el protocolo para estos casos.
Las
dos mujeres habían quedado con el exnovio de Marina, según el testimonio de
estos allegados, para recoger efectos personales de la chica de nacionalidad
ucraniana del piso en el que había convivido con este hombre.
Este
individuo de nacionalidad española tiene antecedentes por delitos contra la
libertad sexual, por los que ha pasado algún tiempo en prisión, y por
agresiones, según ha podido saber ABC, entre otros. Los agentes de la Jefatura
Superior de Policía de Cuenca tampoco han logrado dar con su paradero, pese a
las numerosas indagaciones que llevan a cabo desde el viernes, y esta
circunstancia es la que más preocupa a los encargados del caso.
Pero
no es la única anomalía. Marina, que al parecer trabaja en un bar de copas,
había dejado la relación con su exnovio pero no había terminado de recuperar
sus objetos personales. Por ello, pidió a Laura que la acompañara el jueves.
Tras la denuncia de los familiares de esta última, los agentes encontraron su
coche en la zona de Cerro Molina, muy cerca de su casa y donde solía dejarlo
aparcado. El vehículo estaba cerrado, pero en su interior hallaron el bolso de
Laura con su documentación, dinero, sus llaves y su teléfono móvil, un extraño
«olvido» para sumar preocupación. El teléfono de Marina no estaba aunque
encontraron medicamentos, tabaco y dinero, propiedad de la chica, según sus
allegados.
La
Policía no descarta que las dos jóvenes se hayan marchado a algún lugar a pasar
el fin de semana, si bien a medida que pasan las horas pierde fuerza esta
posibilidad y crece la inquietud hasta el punto de que, según las fuentes
consultadas, se está tratando ya como una desaparición de «alto riesgo» con las
medidas que eso implica y las investigaciones tendentes a encontrarlas. Hasta
el momento ni el teléfono de Marina ni el de su expareja han ofrecido pistas
sólidas. El juez encargado del caso ha decretado el secreto de las actuaciones.
Unas
horas antes de su desaparición, Laura del Hoyo se mostraba en su perfil de la
red social Facebook ilusionadísima y contaba que estaba decidida a una nueva
etapa: «Estoy super feliz y voy a prepararme para ser una profesional de
peluquería de lo que siempre he querido (...) No va a ser fácil pero voy a
conseguirlo”» Un proyecto profesional que casa mal con una fuga. Nada en su
perfil vital apunta en ese camino.
FUENTE: ABC.es
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