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| Centro Penitenciario de Tenerife |
ESPECIAL. Las
cifras son claras y marcan una tendencia que se ha ido consolidando con el paso
de los años. Según la última actualización del Instituto Canario de Estadística
(Istac), la prisión Tenerife II está perdiendo población reclusa. Lejos de
poder hablar de un despoblamiento, sí cabe subrayar una importante reducción
del número de internos desde el comienzo de siglo. El dato de ocupación
referido a 2014 es el más bajo en 15 años, al contabilizarse 977 presos en las
celdas del recinto de El Rosario, 13 menos que el año anterior y 616 menos que
en el pico mayor alcanzado en 2008, cuando la población llegó hasta las 1.593
personas, lo que provocó entonces importantes protestas de los sindicatos de
prisiones. En los últimos tres lustros tan solo se ha bajado del millar de
internos en dos ocasiones, en 2013 y 2014.
Estas
cifras se complementan con la situación del Centro de Inserción Social (CIS)
Mercedes Pinto (antigua prisión Tenerife I, en la avenida Benito Pérez Armas de
la capital tinerfeña), que alberga a internos que se encuentran en un proceso
avanzado de reinserción o que cumplen su pena en régimen abierto. El objetivo
de la antigua cárcel santacrucera, hoy reconstruida y adaptada a los nuevos
tiempos, es facilitar el reingreso de sus moradores en la sociedad. Con
capacidad para un máximo de 300 personas, también registra sus cifras más bajas
desde su apertura, en septiembre de 2009. Actualmente son 112 los internos
adscritos a estos módulos y que, por tanto, están a las puertas de la libertad.
La cifra más alta se produjo al año siguiente de estrenarse, con 226 personas.
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| El CIS Mercedes Pinto ubicado en la Avenida Benito Pérez Armas |
Pero
volviendo a los datos de Tenerife II, llama la atención las cifras comparativas
sobre el número de presos preventivos (internos a la espera de sentencia, que
cumplen pena de prisión provisional a raíz de una medida cautelar dictada por
el juez). El número actual es de 180, es decir, en torno al 20% del total de
internos, un porcentaje relativamente bajo si lo comparamos con la dinámica de
años anteriores.
El
peor dato correspondió también a 2008, año en el que saltaron todas las alarmas
del recinto penitenciario, al rozarse el 50% del total de la población reclusa.
Hay que recordar que las razones para dictar una orden de prisión provisional
son, entre otras, evitar que el sospechoso se fugue, por riesgo de ocultación o
destrucción de pruebas o ante la posibilidad de que cometa nuevos delitos.
En
donde la estadística se torna también muy clarificadora es en la distinción por
sexos. La abrumadora mayoría masculina ha sido una constante. Lo fue antes y lo
es ahora. Valga como ejemplo el dato más reciente de 2014: 894 hombres y 83
mujeres, es decir, una proporción de más de diez a uno.
FUENTE: Diario de Avisos



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