José María Aznar, expresidente del gobierno español |
ESPECIAL. El expresidente del gobierno español se ha pronunciado en torno a las declaraciones que ha venido ofreciendo la nueva Alcaldesa de Madrid, lo cual hace ver que la misma solo trabajará en base de hablar mal de los gobernantes salientes
-¿Qué
efecto puede tener sobre Madrid un equipo municipal encabezado por Manuela
Carmena y ediles como Rita Maestre o Guillermo Zapata?
-Supone
un riesgo muy grande de paralización, de ir por el camino equivocado. Madrid
vivía una época brillante, tiene un magnífico futuro. Era la máquina más
poderosa económicamente de España. Un ámbito de libertad creativa, productiva.
Y eso se puede poner en riesgo. En la parte que me toca, no deja de ser curioso
que la nueva alcaldesa de Madrid ha dicho de la anterior en tres días más
elogios que su partido, el PP, en tres años. Resulta que las cuentas estaban
ordenadas, los niños bien atendidos, los desahucios se trataban correctamente.
Interesante...
-¿El PP concurrió a la alcaldía de Madrid
con el candidato adecuado?
-…Eso
ya… Fue con el candidato que fue. Pero ojalá que los resultados hubiesen sido
mejores. Ese Madrid, convertido en gran ciudad con esfuerzo de muchos, está en
riesgo.
-El PSOE podría haberlo evitado si no
hubiera apoyado a Ahora Madrid. ¿Cómo interpreta la política de pactos llevada
a cabo por los socialistas?
-Es
fruto de la debilidad de un partido que se transforma en radicalidad. No hay
que olvidar que este partido socialista, desde su debilidad convertida en
radicalidad, es el que equipara al PP con Bildu. El PSOE se ha expulsado de la
posibilidad de representar cualquier elemento de centralidad, y será víctima de
haber pactado con los más radicales. No critico que haya nadie que se haga
fotos con la bandera de España, pero ya sabemos de otras épocas en qué
consistían las políticas para España de Zapatero. Una cosa es la escenografía y
otra, la política. Pero el fondo del asunto al comparar al PP con Bildu es
autoexcluirse de la centralidad de la vida política. Eso supone que o la
recupera el PP en un ejercicio enorme de responsabilidad o las tendencias al fraccionamiento
serán mayores en las próximas elecciones.
-¿Ya no es posible el entendimiento de los
dos grandes partidos frente a los populismos o nacionalismos?
-Yo
siempre he pensado que habría una alianza de izquierdas para excluir al PP de
las instituciones. Y el Partido Popular puede reaccionar de dos maneras. Como
estaba haciéndolo ahora, o como yo propongo: buscando la gestión de la
centralidad y la moderación. El país no necesita una pelea entre quien quiere
arrinconar y quien se siente arrinconado y ahora peleo desde el rincón. España
necesita la construcción de ese espacio de centralidad y moderación. Ahí está
la clave del éxito. Apelar a los votos cautivos desde el arrinconamiento
solamente conduce a un mayor arrinconamiento.
-Usted impulsa iniciativas en favor de la
democracia y la libertad en Venezuela. ¿Hasta qué punto el populismo español
bebe del chavismo?
-Es
su ejemplo. Los dirigentes del populismo español son marxistas leninistas
puros. Saben lo que buscan. Quieren el poder para cambiar el sistema y las
reglas. Ellos han contribuido a crear eso. Es el modelo que ha producido la
hecatombe en Venezuela, y ante el cual por primera vez se ha conseguido
articular una reacción internacional positiva que ha producido sus efectos,
junto a la acción absolutamente heroica de personas que defienden la libertad
en el propios país. Esos modelos de fracaso sí son de candado, de voy para
atrás. Hay que evitar regresar. Nosotros sabemos que en los próximos años hemos
de ocuparnos mucho de dar oportunidades a la gente, hacer una sociedad de
igualdad de oportunidades muy clara. Apoyar planes de productividad, mejorar el
Estado de bienestar, atender a los parados… Poner en valor la familia, que las
clases medias se sientan más seguras y se expandan… Es fundamental e
incompatible con la vuelta al 76 o al 36.
-¿La corrupción pasa factura al PP más que
al PSOE?
-Cada
uno tiene que actuar como corresponde para hacer de la vida política una vida
posible. Espero que se entienda esto: el exceso de regulación no es positivo,
incita a la corrupción. Lo que combate la corrupción es evitar conflictos de
intereses, la transparencia, adoptar actitudes morales... Pero los dirigentes
políticos tienen que tener una vida posible. Si ser diputado significa aceptar
un sueldo muy pequeño y que además en cinco años no te puedas dedicar después a
nadie… es un disparate. Las vidas políticas no son perfectas, hay que optar por
un modelo razonable que funcione. Cada uno debe preocuparse de tener su casa en
orden.
-¿Cuál debe ser en su opinión el papel de
los expresidentes?
-Ahí
soy raro. No creo que tengan que tener un papel especial. Un ex presidente se
debe dedicar a ganarse la vida y a trabajar como los demás. Hay que acabar en
España con esto tan absurdo de las puertas giratorias. Si no hay
incompatibilidad de intereses, por qué un señor no va a poder asesorar a
empresas… Déjele usted. La empresa sabrá si le viene bien o no. La gran
pregunta es si hay vida después del gobierno. Y la respuesta para mí es que sí.
Costará más o menos, pero en mi caso la vida me sonríe y no me quejo de nada,
pero cumplo con mi responsabilidad.
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