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Desde las diez de la noche se cierra el paso vehicular entre ambos países |
AFP. Las autoridades venezolanas
iniciaron este lunes los cierres nocturnos de la frontera de 2.200 kilómetros
con Colombia para tratar de frenar un contrabando que involucra cada día
millones de litros de gasolina y decenas de toneladas de alimentos subsidiados,
en un momento de grave escasez en Venezuela.
Hacia
las 22H00, una brigada de 20 paracaidistas del Ejército venezolano se desplegó
a lo ancho del puente internacional Simón Bolívar -que une San Antonio (oeste
de Venezuela) y Cúcuta (este de Colombia)- para bloquear el paso a peatones y
vehículos hasta las 05H00, constató la AFP.
Pero
este paso fronterizo, uno de los más transitados de Sudamérica y en el que el
contrabando es visible durante el día, ofrecía un aspecto inusualmente
solitario a esa hora: los pocos vehículos y peatones que, a pesar de las
advertencias de las autoridades, apuraron demasiado para cruzar en uno u otro
sentido se toparon con las fuerzas de seguridad.
“Faltan
seis minutos. Si usted quiere regresar a la nación colombiana tiene que hacerlo
ya”, le dijo un miembro de la brigada, fusil en mano, a una vecina de Cúcuta,
mientras Susana, una trabajadora en un almacén del lado colombiano que
consiguió volver a Venezuela, se preguntaba: “De qué sirve esta vaina?”.
A
pocos metros, otros miembros de las fuerzas de seguridad registraban los
últimos vehículos en busca de harina, leche o azúcar en cantidades suficientes
como para ser consideradas contrabando, antes de cerrar definitivamente el
paso.
La
medida, que para los vehículos de carga pesada supone un cierre de 18H00 a
05H00, fue acordada hace días por los presidentes Nicolás Maduro y José Manuel
Santos y por ahora se prolongará 30 días hasta que ambas partes evalúen su
impacto.
Con
este operativo, para el que Venezuela destinará 17.000 militares, se busca
“reforzar las políticas soberanas para enfrentar el contrabando de extracción”
a través de los pasos oficiales y de las más de 200 trochas (vías ilegales) que
existen de un país a otro, aseguró el lunes el general Vladimiro Padrino López,
al mando de la operación.
- Problema binacional -
Según
el gobierno venezolano, un 40% de los productos básicos con precios subsidiados
que se entregan a las cadenas de distribución son desviados ilegalmente a
Colombia, además de gasolina equivalente a 100.000 barriles diarios de petróleo
(una pérdida anual de 3.650 millones de dólares).
Un
problema que afecta a ambos lados por igual: a Venezuela porque la desabastece
de productos básicos, lo cual empuja al alza la ya disparada inflación; y a
Colombia porque los productos traficados desde territorio venezolano son
vendidos a precios irrisorios en perjuicio del comercio local.
Para
la directora de Transparencia Venezuela, Mercedes De Freitas, el cierre de
frontera no resuelve el problema del contrabando, como tampoco lo hizo el chip
-un código de barras pegado en el parabrisas- que impuso el gobierno en varios
estados fronterizos para racionar la venta de combustible.
“El
contrabando existe por las diferencias enormes en precios en ambos países y el control
de precios y de cambio en Venezuela”, explica a la AFP De Freitas.
“Además,
algunos de los que deben hacer valer la ley están involucrados, o no tienen la
suficiente fuerza y hacen la vista gorda”, agrega.
Comparar
precios entre ambos países da una idea de lo atractivo del negocio del
contrabando o del “bachaqueo” (contrabando a pequeña escala).
Por
ejemplo, en Venezuela, donde el dólar negro cuesta más de diez veces más que el
oficial, en un supermercado venezolano un kilo de arroz corriente cuesta 0,10
centavos de dólar y en Colombia 10 veces más. Además, la gasolina es la más
barata del mundo, 0,02 dólares el litro, mientras que en Colombia cuesta 1,25
dólares (62 veces más cara).
Tras
el anuncio de esta nueva medida, no tardaron en alzarse voces críticas entre
varios sectores a ambos lados de la frontera, como la patronal venezolana y los
transportistas colombianos, que dudan de su efectividad y además ven con
preocupación las “pérdidas incalculables” que el cierre va a ocasionar por las
demoras en el traslado de las mercancías.
“Puede
ser que el cierre sirva para que haya menos contrabando, porque muchos lo
hacían por la noche. Pero seguirá habiendo. El problema es que las políticas
económicas de este país te empujan a hacerlo. Es demasiado buen negocio”,
explica a la AFP Joan, un vecino de San Cristóbal -capital de Táchira- que
prefiere no revelar su apellido.
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