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| Shinzo Abe (segundo, de izquierda a derecha) es dirigido por un sacerdote sintoísta durante su visita al santuario de Yasukuni, en Tokio, (Foto: Reuters) |
En los encuentros se iba a firmar un memorándum de entendimiento militar que tenía como objetivo el intercambio de información entre los dos países
Por
EFE - Corea
del Sur ha cancelado una serie de reuniones y programas de intercambio militar
previstos con Japón tras la polémica visita esta semana del primer ministro
nipón, Shinzo Abe, al santuario de Yasukuni, informaron fuentes del Gobierno
surcoreano.
El
Ministerio de Defensa de Corea del Sur ha decidido cancelar unas reuniones
propuestas por Tokio el mes pasado para la firma de un memorándum de
entendimiento militar que tenía como objetivo el intercambio de información
entre los dos países.
En
este sentido, estaba previsto que funcionarios de Defensa de Seúl viajaran a
Japón en la primera mitad del año que viene, según informó la agencia Yonhap
citando a fuentes de este departamento.
La
visita el pasado jueves del primer ministro nipón al santuario de Yasukuni, en
el que se honra entre otros a 14 criminales de guerra, causó fuertes críticas
de Seúl donde se considera este lugar como un símbolo del colonialismo y la
opresión ejercidos por el Imperio de Japón a principios del siglo XX.
Tras
la sorpresiva y polémica visita, un portavoz de Defensa de Seúl adelantó a Efe
que "sin duda", el gesto iba a dañar las relaciones militares entre
los dos países.
Seúl
y Tokio han colaborado en algunas maniobras de defensa en la región y el año
pasado negociaron la firma de un acuerdo de intercambio de inteligencia para
hacer frente a la amenaza de Corea del Corte, pero al final no se llevó a cabo
por la presión social anti japonesa en Corea del Sur.
Los
dos países ya mantienen diversas disputas, entre ellas la de las islas
Dokdo/Takeshima, controladas de facto por Seúl y reclamadas por Tokio, o la de
las mujeres coreanas que fueron reclutadas como esclavas sexuales por Japón
durante la II Guerra Mundial.
El
gesto de Abe desató una ola de críticas en la región y China, que décadas atrás
también sufrió la colonización japonesa, condenó duramente la acción de Abe, e
incluso EE.UU. la calificó de "decepcionante" al considerar que puede
deteriorar las relaciones con sus vecinos.
La
visita de Abe fue la primera de un jefe de Gobierno japonés al polémico
santuario desde 2006, cuando lo hizo el entonces primer ministro Junichiro
Koizumi.


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